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STALLMAN EN EL IUPFA: EL DERECHO A LA LIBERTAD EN EL SIGLO XXI |
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Ante un Salón de las Américas colmado, el creador del software libre expuso los lineamientos para avanzar hacia la libertad informática.
Contundente, el célebre programador americano y creador del movimiento software libre Richard Stallman trazó en el Salón de las Américas una descripción de lo que sucede cada vez que encendemos la computadora: “¿quién manda? Hay dos posibilidades –explicó- o los usuarios tienen el control de los programas (y eso es software libre) o los programas tienen el control de los usuarios. Es uno u otro, siempre, no hay otra alternativa”.
Desde esa premisa, el creador del sistema GNU/Linux describió de qué manera los programas “privativos” (los exitosos sistemas operativos comerciales) avanzan sobre el margen de acción de cada usuario de diversas formas.
El disertante las llama prácticas deshonestas. Y van desde el espionaje y la censura encubierta hasta el sabotaje a través de productos atados al servidor del fabricante. “Para ellos es muy fácil apagar el servidor y que el producto cese de funcionar, por lo tanto usar ese tipo de productos es invitar al sabotaje”, sostiene el programador, para quien la libertad “vale más que todas las películas del mundo”.
Y en paralelo a ese alcance sobre usuarios particulares advirtió sobre el riesgo que se cierne en torno a infraestructuras críticas como servicios eléctricos, transportes, seguridad –entre otros- a las cuales recomienda no utilizar dichos programas. |
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CLAVES DEL SOFTWARE LIBRE
¿Quién da las instrucciones a una computadora? La respuesta de Stallman refiere que podemos pensar que somos los usuarios, “pero en verdad es otro”, aclara. “Puedes creer que tu computadora te obedece, pero en verdad obedece siempre a su verdadero dueño, el que permite o no que ella haga lo que pides. Asumir ese control es software libre. Y para eso es indispensable el control del programa.
A nivel práctico, para que los usuarios tengan el mando se necesitan cuatro “LIBERTADES ESENCIALES”:
· La de ejecutar el programa cuando se desee, con cualquier fin.
· Estudiar su código fuente para cambiarlo o ejecutar sus actividades informáticas según desee el usuario.
Con estas dos libertades ya es posible el control pero por separado. No obstante, es obvio: la mayoría de los usuarios no saben programar “pero merecen el control de su informática, entonces se habla del control colectivo, que requiere de dos libertades más” de acuerdo a Stallman:
· La de hacer copias exactas del programa, ya sea para regalarlas o venderlas.
· La de hacer copias de tus versiones propias, cambiadas, para regalarlas o venderlas.
“Si un programa viene con las cuatro libertades completamente adecuadas, entonces es software libre. Pero si una falta o es insuficiente, los usuarios no tienen el control del programa sino que el programa tiene el control de ellos. Y el dueño tiene el control del programa y utiliza a este como un instrumento de poder sobre los usuarios. Por eso lo llamamos privativo, porque priva de su libertad a quienes lo usan.
No se debe desarrollar un programa privativo. Es mejor no desarrollar nada, porque si no haces nada, no haces daño, en cambio desarrollar un programa privativo es hacer daño, es someter a la gente”, asegura el programador. |
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PUNTO DE PARTIDA
Asumir al software privativo como sinónimo de deshonesto o malévolo según indicó Stallman implica reconocer también que no hay forma racional de confiar en un programa de ese tipo “porque no pueden todos los usuarios analizar conjuntamente si es honesto o no. La única manera –dijo- es con la fe ciega. Y ya está demostrado que esas empresas no merecen ninguna confianza.
El software libre –continuó- en cambio tiene una base, racional para generar confianza: se sabe que la comunidad de los usuarios del programa tiene el control último del mismo. Esa es la única defensa conocida.
Si usas un programa libre, tienes una defensa contra los programas malévolos, pero quienes usan programas privativos están indefensos ante el poder el dueño del programa y cuando el usuario es el Estado, está indefenso ante el poder de una empresa”.
Ante este panorama Stallman sostiene que cuando el usuario es el Estado, este tiene la posibilidad de estudiar el código fuente de los programas a través de un grupo de programadores que lo analicen.
Y en virtud de su experiencia como creador del software libre tiene la certeza de que a través del sistema operativo GNU Linux es posible el uso de una computadora “en libertad.
Pero para llegar cien por ciento a la libertad hace falta instalar una distribución libre”, agregó.
¿De qué se trata? “Para funcionar cualquier computadora requiere un sistema operativo.
Y como en realidad cualquier programa es una obra escrita, eso automáticamente lleva un derecho de autor. ¿Cómo hacer libre un programa entonces? Se hace por una declaración formal por parte de los tenedores de derechos de autor del código. La declaración tiene que otorgar correctamente a cada usuario las cuatro libertades que supone ser libre. Es la licencia la que lo hace libre. La licencia es la clave. Hoy existen varias licencias libres”.
Aclarada la importancia de las licencias libres, Stallman considera que el camino hacia el software libre requiere de un activo rol de la escuela, como toma de conciencia en su favor con una sola posibilidad de usar un programa privativo en ese ámbito: “debiera ser para aplicar la denominada retroingeniería, explicó, “es decir, alguien muy inteligente, astuto, tiene que estudiar la comunicación entre el programa privativo y el producto para descubrir la interfaz, o sea el lenguaje de comunicación entre el programa y el producto, su modo de empleo”.
Por último señaló que las universidades que enseñan informática, “es decir lo técnico, también tienen que enseñar la retroingeniería. Tener asignaturas de retroingenieria es imprescindible para que avance el software libre en el marco de una verdadera carrera profesional educativa”. |
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#IUPFANOTICIAS / #004 / STALLMAN EN EL IUPFA: EL DERECHO A LA LIBERTAD EN EL SIGLO XXI |
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